Seguramente los tienes en tus productos de cuidado facial, pero, ¿conoces todos sus beneficios? te explicamos como sacarle el  mayor provecho, con el uso adecuado, evitaras desperdiciar tu dinero y no amar a este nuevo aliado para tu piel.

Con un velo facial  aportaras una concentración mayor de nutrientes, a la hora de seleccionar la indicada para nuestra piel existe una gran variedad de activos según la necesidad de la piel, más hidratación, nutrición, efecto calmante, soporte antiedad y antimanchas, entre otros, en esta presentación la absorción de los activos es mas rapida y permanece en nuestro rostro ya que es como aplicar un suero super concentrado con un escudo que permite que se quede en nuestra piel.

¿Qué es un velo facial?

Usualmente son de algodón, pero también podemos encontrar celulosa, silicona y ahora para disminuir contaminación al medio ambiente encontramos en bambú para permitir una degradación mas rápida.

¿Cada cuánto y cómo se usa?

Siempre es recomendable lavar tu rostro muy bien antes de colocar tu velo, preparar tu piel con un tónico o una esencia y luego aplicarás tu mascarilla. 

Este paso de la rutina podemos incluirlo de dos veces a la semana hasta a diario todo depende de la necesidad que desemos cubrir ese día, incluso puede ayudarnos a preprarar nuestra piel antes de un maquillaje para un evento especial y para tener una piel jugosa e iluminada.

Utilízala entre 10 a 20 minutos durante este tiempo puedes dejarla actuar o potencializarla usando un rodillo o Gua Sha (herramienta en cuarzo de origen asiatico para realizar masajes y drenajes). Luego esparce el resto del producto y no lo juagues a menos de que el producto lo indique, sella la hidratación con una crema humectante. Así le sacaras el máximo provecho a tus velos faciales. 

¿Para qué sirve?

Podemos acudir a su uso para complementar la hidratación al finalizar nuestra rutina y procesos de aclaramiento y nutrición en nuestra piel, para relajarnos en la noche antes de dormir, despues de un tratamiento facial nos dara calma y confort, o para complementar una tarde de mimos como los domingos de mascarilla.